ENGLISH

I have been beating the drum now for about 6 years on the importance of the solve-all ‘Nutritional Diversity Diet‘ including climate change conversation, food crisis, health crisis, economic disaster, universal sustainability, freedom, and quality of life/ athletic performance enhancement that came to me on an unbelievable fight with a plague that consumes so many people today.

If a culture demands a Nutritional Diversity Diet consisting of a minimum of 60 different species consumed in a week, with a focus on living plant food directly from the plant and designed by strategic produce, most of which is exotic and must be cultivated for performance purpose, several significant changes and adaptations would be necessary and would be caused:

Farmers would need to adopt polyculture a.k.a permaculture farming methods, growing a wide variety of plants simultaneously. Specialized knowledge and techniques would be required to cultivate exotic species, including understanding their specific growing conditions, pest management, and harvesting methods. Implementation of permaculture principles would become more widespread to sustainably manage the land and support the growth of diverse crops. Permaculture farming, which enhances natural life, would replace monoculture farming, which is damaging to nature. This shift would support healthier ecosystems, provide habitats for various insects, birds, and other wildlife, and improve soil health due to diverse planting and reduced monoculture practices, enhancing nutrient cycling and reducing erosion.

Establishment of seed banks and plant nurseries focusing on diverse and exotic species would be necessary. International collaboration and exchange programs would facilitate the import of exotic plant species and their integration into local agriculture. Use of greenhouses, hydroponics, and aquaponics would be necessary to cultivate species that require specific climates or conditions not naturally present in the region. Investments in technology for climate control, soil management, and irrigation systems would support the growth of a wide range of species.

Chefs and home cooks would need to experiment with new recipes and cooking techniques to incorporate a wide variety of plant species into their diets. Culinary education would expand to include training on how to prepare and utilize exotic and diverse plant foods. Traditional dishes might be adapted to include a broader range of ingredients. New cultural festivals and events could emerge, celebrating the diversity of food and the unique benefits of different plants. “Farm to table,” is already an underground cultural phrase for the health enthusiast. Small cultivations, even five-gallon bucket stacks on balconies would be employed with the education regarding chlorophyll, and the living electric plant essences that wild animals in excellent health dental and physical without medical care institutions thrive on. We are working on digital education and dedicated community building now for this interest.

Increased demand for a wide variety of plant foods would lead to the expansion of markets and distribution networks. Farmers’ markets, specialty grocery stores, and online platforms would proliferate, offering a diverse range of fresh produce. New jobs in agriculture, horticulture, culinary arts, and food distribution would be created. Educational programs and workshops focusing on sustainable farming, plant cultivation, and nutritional diversity would provide training and skill development.

Greater agricultural biodiversity would support healthier ecosystems, providing habitats for various insects, birds, and other wildlife. Soil health would improve due to diverse planting and reduced monoculture practices, enhancing nutrient cycling and reducing erosion. Adoption of permaculture and organic farming techniques would reduce the need for chemical fertilizers and pesticides, leading to a decrease in environmental pollution. Emphasis on local cultivation of diverse species would reduce the carbon footprint associated with transporting exotic produce over long distances.

Increased consumption of a wide variety of plant species would provide a broader range of vitamins, minerals, antioxidants, and other phytonutrients, contributing to overall health and well-being. The diet’s focus on living plant food directly from the plant would ensure maximum freshness and nutrient density. Potential reduction in lifestyle-related diseases such as obesity, diabetes, and heart disease due to a more balanced and nutrient-rich diet. Increased awareness and education about the benefits of plant-based diets could lead to healthier eating habits across the population.

Some individuals and communities might resist changes to traditional dietary practices and preferences. Efforts would be needed to educate and encourage people to embrace the benefits of a nutritional diversity diet. Significant investments in infrastructure, research, and education would be required to support the transition to a diverse and exotic plant-based diet. Ensuring equitable access to diverse plant foods for all segments of the population would be crucial to avoid disparities in health benefits.

In conclusion, demanding a nutritional diversity diet with a focus on consuming a wide variety of living plant foods directly from the plant would lead to profound changes in agricultural practices, culinary arts, market dynamics, environmental sustainability, and public health. While the transition would pose challenges, the potential benefits to individual health and ecosystem health could be substantial.

SPANISH

He estado tocando el tambor durante aproximadamente 6 años sobre la importancia de la ‘Dieta de Diversidad Nutricional’ que lo resuelve todo, incluida la conversación sobre el cambio climático, la crisis alimentaria, la crisis de salud, el desastre económico, la sostenibilidad universal, la libertad y la calidad de vida/rendimiento deportivo. mejora que me llegó en una lucha increíble contra una plaga que consume a tanta gente hoy en día.

Si una cultura exige una dieta de diversidad nutricional que consista en un mínimo de 60 especies diferentes consumidas en una semana, centrándose en alimentos vegetales vivos directamente de la planta y diseñada con productos estratégicos, la mayoría de los cuales son exóticos y deben cultivarse con fines de rendimiento. , serían necesarios varios cambios y adaptaciones importantes que provocarían:

Los agricultores necesitarían adoptar métodos de policultivo, también conocidos como permacultura, cultivando una amplia variedad de plantas simultáneamente. Se necesitarían conocimientos y técnicas especializados para cultivar especies exóticas, incluida la comprensión de sus condiciones de crecimiento específicas, manejo de plagas y métodos de recolección. La implementación de principios de permacultura se generalizaría para gestionar de manera sostenible la tierra y apoyar el crecimiento de diversos cultivos. La agricultura de permacultura, que mejora la vida natural, reemplazaría a la agricultura de monocultivo, que es perjudicial para la naturaleza. Este cambio apoyaría ecosistemas más saludables, proporcionaría hábitats para diversos insectos, aves y otros animales salvajes, y mejoraría la salud del suelo gracias a la diversidad de plantaciones y la reducción de prácticas de monocultivo, mejorando el ciclo de nutrientes y reduciendo la erosión.

Sería necesario el establecimiento de bancos de semillas y viveros de plantas centrados en especies diversas y exóticas. Los programas internacionales de colaboración e intercambio facilitarían la importación de especies de plantas exóticas y su integración en la agricultura local. El uso de invernaderos, hidroponía y acuaponía sería necesario para cultivar especies que requieren climas o condiciones específicas que no están presentes naturalmente en la región. Las inversiones en tecnología para el control del clima, la gestión del suelo y los sistemas de riego apoyarían el crecimiento de una amplia gama de especies.

Los chefs y cocineros caseros necesitarían experimentar con nuevas recetas y técnicas de cocina para incorporar una amplia variedad de especies de plantas a sus dietas. La educación culinaria se ampliaría para incluir capacitación sobre cómo preparar y utilizar alimentos vegetales exóticos y diversos. Los platos tradicionales podrían adaptarse para incluir una gama más amplia de ingredientes. Podrían surgir nuevos festivales y eventos culturales que celebren la diversidad de alimentos y los beneficios únicos de las diferentes plantas. “De la granja a la mesa” ya es una frase cultural clandestina para los entusiastas de la salud. Se emplearían pequeños cultivos, incluso cubos de cinco galones apilados en los balcones, con la educación sobre la clorofila y las esencias vivas de plantas eléctricas de las que prosperan los animales salvajes con excelente salud dental y física sin instituciones de atención médica. Estamos trabajando en educación digital y construcción de comunidades dedicadas ahora a este interés.

Una mayor demanda de una amplia variedad de alimentos vegetales conduciría a la expansión de los mercados y las redes de distribución. Proliferarían los mercados de agricultores, las tiendas de comestibles especializadas y las plataformas en línea, que ofrecerían una amplia gama de productos frescos. Se crearían nuevos empleos en agricultura, horticultura, artes culinarias y distribución de alimentos. Los programas educativos y talleres centrados en la agricultura sostenible, el cultivo de plantas y la diversidad nutricional proporcionarían capacitación y desarrollo de habilidades.

Una mayor biodiversidad agrícola apoyaría ecosistemas más saludables, proporcionando hábitats para diversos insectos, aves y otros animales salvajes. La salud del suelo mejoraría gracias a la plantación diversa y a la reducción de las prácticas de monocultivo, lo que mejoraría el ciclo de nutrientes y reduciría la erosión. La adopción de técnicas de permacultura y agricultura orgánica reduciría la necesidad de fertilizantes y pesticidas químicos, lo que conduciría a una disminución de la contaminación ambiental. El énfasis en el cultivo local de diversas especies reduciría la huella de carbono asociada con el transporte de productos exóticos a largas distancias.

Un mayor consumo de una amplia variedad de especies de plantas proporcionaría una gama más amplia de vitaminas, minerales, antioxidantes y otros fitonutrientes, contribuyendo a la salud y el bienestar general. El enfoque de la dieta en alimentos vegetales vivos directamente de la planta garantizaría la máxima frescura y densidad de nutrientes. Posible reducción de enfermedades relacionadas con el estilo de vida, como obesidad, diabetes y enfermedades cardíacas, debido a una dieta más equilibrada y rica en nutrientes. Una mayor concienciación y educación sobre los beneficios de las dietas basadas en plantas podría conducir a hábitos alimentarios más saludables en toda la población.

Algunas personas y comunidades podrían resistirse a los cambios en las prácticas y preferencias dietéticas tradicionales. Serían necesarios esfuerzos para educar y alentar a las personas a aprovechar los beneficios de una dieta de diversidad nutricional. Importantes inversiones en infraestructura, investigación y educación.

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 Jun 10, 2024

Military, Construction, Business, my last ten years of alternative agriculture, (Permaculture Biodynamic Agriculture, R. Steiner), and I have had the blessing to work with some of the most respected men and women in the field. My work and immediate network is spread from Costa Rica to Colombia mostly, but exists in Mexico, and other pockets around the world. The Nutritional Diversity performance diet is a small underground team now that has had volunteers, university students, and PhDs, and is published in the United Nations Food and Agriculture submission to the Paris Agreement [1] and various other publications and references [1,2,3].

The potential I have seen in the conclusive case study over the past decade of my own eyes across Latin America is irrefutable and I have also been blessed to do this in new cities for some close friends with real issues and serious goals, which has allowed me to adapt the process a few times.

I have cured drastic health issues in myself and others that many do not recover from using these nutritional concepts and special strategies, coupled with rigorous fitness (very achievable with diet strategies).

“Pay attention to nature and you will understand everything better.” – Einstein

I did that. I lived in nature all over the Central and South American Regions for most of the last decade.

I invite you to come try for yourself!

With health, prosperity and and abundance mindset in the forefront of the vision, a harmony with nature paying attention to her many teachings we have missed the sign right in front of us, that says “optimal health and economy of all.”

Fitness, at its core, is not merely an activity but a fundamental aspect of individual well-being and, by extension, the health of communities. It transcends the bounds of physical health, intertwining with mental and emotional well-being, offering a holistic approach to living fully. For individuals, the regular practice of fitness activities fosters resilience, enhances mood, and boosts overall health, reducing the risk of chronic diseases significantly. It’s a potent antidote to the stresses of modern life, offering moments of clarity and tranquility amidst the tumult. Fitness cultivates discipline and perseverance, qualities that echo far beyond the gym or the jogging path, influencing every aspect of one’s life. In essence, skipping fitness is not just neglecting the body’s need for movement and strength; it’s overlooking a crucial component of holistic health and personal development.

Communities that pivot around nature as the central focus of their development strategy inherently recognize the multifaceted benefits of integrating natural spaces with human habitats. These communities are richer, not just in the economic sense but in the quality of life they offer. Natural settings enhance physical activity levels among community members, encouraging walking, cycling, and other forms of exercise that are vital for maintaining fitness. Moreover, the presence of green spaces has been linked to lower levels of stress, greater social cohesion, and enhanced mental health. Communities designed with nature at their heart foster a sense of belonging and connection, not just among individuals, but also with the environment itself. This symbiotic relationship nurtures a culture of conservation, promoting sustainable lifestyles and encouraging active, health-conscious living. In turn, these communities become beacons of wellness, exemplifying how aligning human development with the natural world can elevate the collective well-being, create more vibrant social ecosystems, and carve pathways to a sustainable future where fitness and nature walk hand in hand.

The natural diet, deeply rooted in the diverse and bountiful offerings of the natural world, was fundamentally composed of a wide array of plants that early humans foraged from their surroundings. This diet was inherently varied, reflecting the seasonal and geographical diversity of available flora, from leafy greens and wild fruits to nuts, seeds, and roots. Such dietary diversity not only catered to the nutritional needs of our ancestors but also to the development of our physiological and metabolic systems, optimizing health and fostering adaptability to different environments. This rich tapestry of plant-based foods, consumed in their most natural and unprocessed forms, provided a balanced intake of vitamins, minerals, fiber, and phytonutrients essential for sustaining energy, boosting immunity, and promoting overall well-being. The evolutionary shift towards a diet encompassing a wide spectrum of natural plants underscores the intricate relationship between human health and the natural environment, highlighting the importance of biodiversity in our nutrition and the profound impact of our ancestral dietary patterns on modern health paradigms.

Spanish

El fitness, en esencia, no es simplemente una actividad sino un aspecto fundamental del bienestar individual y, por extensión, de la salud de las comunidades. Trasciende los límites de la salud física, se entrelaza con el bienestar mental y emocional y ofrece un enfoque holístico para vivir plenamente. Para las personas, la práctica regular de actividades físicas fomenta la resiliencia, mejora el estado de ánimo y mejora la salud general, reduciendo significativamente el riesgo de enfermedades crónicas. Es un potente antídoto contra el estrés de la vida moderna, que ofrece momentos de claridad y tranquilidad en medio del tumulto. El fitness cultiva la disciplina y la perseverancia, cualidades que resuenan mucho más allá del gimnasio o la pista de jogging, e influyen en todos los aspectos de la vida. En esencia, saltarse el fitness no es sólo descuidar la necesidad de movimiento y fuerza del cuerpo; está pasando por alto un componente crucial de la salud integral y el desarrollo personal.

Las comunidades que giran en torno a la naturaleza como foco central de su estrategia de desarrollo reconocen inherentemente los beneficios multifacéticos de integrar espacios naturales con hábitats humanos. Estas comunidades son más ricas, no sólo en el sentido económico sino también en la calidad de vida que ofrecen. Los entornos naturales mejoran los niveles de actividad física entre los miembros de la comunidad, fomentando caminar, andar en bicicleta y otras formas de ejercicio que son vitales para mantenerse en forma. Además, la presencia de espacios verdes se ha relacionado con niveles más bajos de estrés, una mayor cohesión social y una mejor salud mental. Las comunidades diseñadas teniendo en cuenta la naturaleza fomentan un sentido de pertenencia y conexión, no sólo entre los individuos, sino también con el medio ambiente mismo. Esta relación simbiótica fomenta una cultura de conservación, promueve estilos de vida sostenibles y fomenta una vida activa y consciente de la salud. A su vez, estas comunidades se convierten en faros de bienestar, ejemplificando cómo alinear el desarrollo humano con el mundo natural puede elevar el bienestar colectivo, crear ecosistemas sociales más vibrantes y abrir caminos hacia un futuro sostenible donde el fitness y la naturaleza caminan de la mano.

Tenemos un coAbrazar una dieta meticulosamente seleccionada compuesta por 60 alimentos distintos y elegidos estratégicamente, celebrados no solo por sus cualidades para mejorar las hormonas sino también por sus orígenes en granjas especializadas a pequeña escala, trasciende la mera nutrición; es una odisea hacia cenit atlético y de salud incomparables. Esta filosofía alimentaria holística, que evita las omnipresentes ofertas de los pasillos de los supermercados locales en favor de la rara generosidad de los cultivadores dedicados, es un llamado de atención para quienes buscan aprovechar el poder sinérgico de las provisiones más potentes de la naturaleza. Una dieta así, libre de la contaminación de los monocultivos químicos, se convierte no sólo en un sustento, sino en un conducto para alcanzar un estado sublime de armonía y rendimiento corporal. El énfasis en la diversidad y la calidad (seleccionar ingredientes que sean tan inmaculados por las prácticas agrícolas industriales como eficaces para mejorar las funciones corporales) garantiza que cada comida nutre a nivel celular, optimiza el equilibrio hormonal y fomenta un entorno donde la salud y la vitalidad florecen.

La transición a un estilo de vida rico en ingredientes cultivados de forma diversa y procedentes de pequeñas granjas presagia un renacimiento de la destreza atlética y el bienestar. Imagine la energía ilimitada, la rápida recuperación y la sólida salud que se pueden lograr cuando el cuerpo se alimenta de los extractos más puros de la tierra: alimentos que han sido seleccionados no sólo por su valor nutricional, sino también por su vitalidad, su esencia intacta. por las depredaciones causadas por la dependencia de agroquímicos. Una dieta de este tipo es un testimonio del poder del consumo consciente y ofrece un faro para quienes aspiran a elevar su rendimiento a la estratosfera. La alquimia de los alimentos cultivados de forma natural y elegidos meticulosamente promete no sólo un incremento de las capacidades físicas sino una revolución en la forma en que percibimos el acto mismo de alimentarnos. Es una búsqueda que une el arte de la gastronomía con la ciencia de la salud, impulsándonos hacia un futuro en el que nuestras comidas sean tan profundamente beneficiosas como deliciosas, un futuro en el que el cenit de nuestro bienestar físico y mental esté a nuestro alcance. , cortesía de la generosidad incomparable proporcionada por las pequeñas granjas dedicadas al arte de la agricultura sostenible y que mejora la salud. Aquí hay un sistema de educación que actualmente no está en uso, pero está listo y en espera para la implementación a gran escala de sistemas agrícolas y nutricionales alternativos.

La dieta natural, profundamente arraigada en las diversas y abundantes ofertas del mundo natural, estaba compuesta fundamentalmente por una amplia gama de plantas que los primeros humanos buscaban en su entorno. Esta dieta era intrínsecamente variada, lo que reflejaba la diversidad estacional y geográfica de la flora disponible, desde verduras de hojas verdes y frutas silvestres hasta nueces, semillas y raíces. Esta diversidad dietética no sólo atendía las necesidades nutricionales de nuestros antepasados sino también el desarrollo de nuestros sistemas fisiológicos y metabólicos, optimizando la salud y fomentando la adaptabilidad a diferentes entornos. Este rico tapiz de alimentos de origen vegetal, consumidos en sus formas más naturales y sin procesar, proporcionó una ingesta equilibrada de vitaminas,
, fibra y fitonutrientes esenciales para mantener la energía, aumentar la inmunidad y promover el bienestar general. El cambio evolutivo hacia una dieta que abarca un amplio espectro de plantas naturales subraya la intrincada relación entre la salud humana y el medio ambiente natural, destacando la importancia de la biodiversidad en nuestra nutrición y el profundo impacto de nuestros patrones dietéticos ancestrales en los paradigmas de salud modernos.